viernes, 10 de febrero de 2012

TU VIAJE

No sé, no me acuerdo, solo sé lo que me cuentan. A veces dudo que para todos fueras perfecto, sin errores, el hijo ejemplar, un hermano ideal,  un padre modelo. Yo sé que lo fuiste y lo seguís siendo, quizá más que si estuvieras. Pero como la gente habla por hablar pocas cosas decido guardarme. Solo con mirarle los ojos me doy cuenta si lo dice por figurar y lo dice sinceramente. Solamente dos personas me preguntaron si quería saber; por qué asumen que uno siempre quiere escuchar esas cosas? Fue raro que me dijeran “cuando quieras saber cosas de él, preguntame” raro bien, raro lindo. Pensaron en mí.

Por vos aprendí cosas increíbles del cerebro, que mi memoria hace magia con tus recuerdos. No guardó fechas durante años, pero nunca olvidó la sensación del viento en la cara cuando me hacías volar a los 2 años, increíble. Tus gritos, tus ojos, quizá es mi imaginación, esa que siempre creí que no tenía o la tenía ocupada en vos, mi forma de extrañarte menos.

Que piense que todo pasó por algo no es justificar tu viaje sino seguir adelante. Me enseñaste a no esperar que las cosas pasen, a no culparte por las cosas malas que pasaron. O quizá yo creo que vos me lo enseñaste dejándomelo delante de mis ojos! Gracias!  Es difícil tener que aceptar lo que uno no quiere. No lo pude elegir, pero si elegí y elijo no quedarme, no perder tiempo echando culpas que nadie tiene. Decido seguir, por vos, por mi, por todos.

Qué lindo una charla en la que me digas lo que pensas y no lo que mi cabeza responde en nuestras conversaciones imaginarias. Tus respuestas dicen solo lo que quiero escuchar. No es lo mejor charlar con un mármol frio de 20 por 20, pero es lo más parecido que podemos tener a una charla.

Pero todavía queda algo, tengo  que dejar eso de lado que no me ayuda, solo me condiciona. No fácil, pero como nada de tu viaje lo fue sé que puedo. No es superarlo, estas cosas no se superan, uno solo se acostumbra.


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